martes, 9 de agosto de 2011

Por quien baten las alas en pekín.

Una mariposa aleteando sin encontrar una flor intuye su fin aún antes de llegar el ocaso. La búsqueda es quizá lo que la mantiene aún volando.
Una vida en un día. E incluso una vida valdría encontrar en el último momento lo que tanto anhelaba. Y si no lo encontrara bien valdría pasar un día en la vida buscándolo.

En sus diagonales La Plata todavía esconde el secreto de mi felicidad. "Jamás retornes ahí donde fuiste feliz."
Y aún necesito desmitificar. Porque la mariposa pasó el día buscando la flor y aunque creyó que lo valía desperdició su vida para nada.
Porque nada trasciende, sino lo que en otros queda. No las quimeras, ni las ilusiones, ni las vanidades. Sólo la capacidad de iterpelar sinceramente los sentimientos de los que nos rodean.
Así pensando fue tal vez que nos cruzamos. Y mientras intentábamos los dos ser más humanos; ella pedía perdón y yo le daba las gracias.

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