sábado, 30 de julio de 2011

Introspectiva I

Interminables años de búsqueda. Buscando el rol que jugar para que la aceptación del otro estuviera asegurada.
Hoy decido ser yo mismo. Hoy decido que no me acepten por lo que soy. Que no me quieran por lo que soy. Que no me entiendan por lo que soy. O tal vez sí, raro acontecimiento.
Hoy entiendo que lo que ayer pareció amor terminó siendo engaño, lo que parecía odio era incomprensión y lo que parecía incomprensión era desinterés.
Hoy me planto con orgullo vencido. Careciendo de la sabiduría que trae la experiencia pero con la ilusión que brindan los cambios. Hoy me transformo en lo que fui. Hoy asumo mis derrotas. Hoy no intento ahogar en alcohol mi fracaso.
Hoy te ofrezco lo que tengo. Nada más te puedo dar. Mis desaciertos y mis errores. Mi eterno intento de superarme.
Hoy te extraño porque tal vez llegué muy tarde. Hoy ya gasté todas mis palabras.

viernes, 29 de julio de 2011

Huellas

Inadaptado social. Un presagio y una marca. Una marca y un presagio.
Dos palabras con la carga implícita imposible de asimilar para un niño.

Entre el abandono y la posesión. Entre el desamor y la denigración. Acumulando mierda y más mierda por no poder largarla so pena del castigo. Frustrado, alienado, viviendo las aspiraciones ajenas y la violencia absurda de una realidad irreversible. Acumulando cicatrices en el cuerpo y en el alma. Acumulando lágrimas que nadie aceptaría jamás ver. Sin haber aprendido a comportarse, a vivir, a interactuar. Sólo con pensamientos que por no poder salir se hundían más profundo. Odiando con una sonrisa en los labios. Amando enfermizamente lo que más hacía daño. Sufriendo y callando. Eternamente castigado por tratar de ser igual a los demás, eternamente vapuleado por tratar de ser distinto. Pidiendo disculpas por la mediocridad y disculpas por el éxito. No pudiendo fracasar y mucho menos aceptar los premios. Odiando por herencia a la humanidad, burlándose con sorna de la palabra "amigo". Teniendo miedo. Mucho miedo. Y más miedo. Por todo, ante todo. Miedo de pensar, miedo de no pensar. Miedo de ser, miedo de no ser. Miedo de agradar, miedo de no agradar. Miedo de vivir y miedo a morir, que a un niño debiera parecerle una circunstancia tan lejana. Miedo de mentir, miedo de decir la verdad. Miedo de enfrentar la realidad, miedo de perdérsela. Mucho llanto y mucho miedo. Huir transformado en el único sueño. Huir y demostrar que todo aquello no era cierto.

lunes, 11 de julio de 2011

Simple y claro

Te amo.

Y ahí podría terminar mi escrito.
Qué mayor belleza, qué mejor poesía que un sentimiento sincero?
Dos palabras, si bien desgastadas por la fuerza del uso. Pero en mí sinceras y qué más da entonces si les perdió el respeto el mundo.
Vos sos la única que me preocupa que me crea. Y lo más triste es que quizá le des poca importancia cuando lo leas. Tal vez como ha ocurrido otras veces resulte que no me creas. Si lo lees, que puede que no también.