sábado, 27 de agosto de 2011

Introspectiva IV

He visto desde todos los puntos posibles de vista la soledad como vacío inconmensurable en que el vaso, al contemplar el fondo, respondía con la límpida superficie impoluta e inmaculada. Es faltante, es lo contrario a lo deseable. Soledad como lo que no está, como lo que nos falta, como lo que no se da.
Viví intentando desconcertar a la otredad con innumerables historias llenas de gente para llenar el hueco del no haber y del no estar. Historias en que personas y más personas aparecían y desaparecían en desconcertantes escenas mal coordinadas por un director borracho y mal encaminado.
Aprendí a convivir con mis historias, a integrarlas despacito y sin pausa como parte de mi existencia. De a poquito se han ido transformando.
Perdí la noción de pasado. Es confuso decir qué es lo que de verdad ocurrió y que cosa tan sólo aconteció en mi mente. A menudo me descubro nostálgico al recordar personas a las que jamás tuve el gusto de conocer. Y no me altera decir que más de una vez he fingido por no admitir que conocía la soledad.
La soledad, un sentimiento que jamás pude apreciar como retiro espiritual, como relax, como oportunidad para volverse a estructurar. Jugando a la pirámide, volteando las cartas. En el patético pero no por ello menos divertido proceso de hacerme trampa a mi mismo y aún así perder. Juegos, distracciones. Momentos de entusiasmo en que yo mismo puedo acompañarme y darme unas palmadas en el hombro. Ese cálido abrazo y un ténue pero claro "adelante". Cada tanto, un ratito me gusta estar conmigo, tal vez es que de a poco estoy aprendiendo a quererme.

jueves, 25 de agosto de 2011

Llegaré a los tacuaren

La vida estilo rockstar tiene su encanto. Dos atados de cigarrillos por día, alcohol, drogas duras o fláccidas.
Es una vida de placeres digna de vivir para quien no tiene otra cosa que enfrentar.

Soñé incontables veces morir a los 27. Creo que buena parte de mi generación no cuenta con superarlos.
No se bien qué me frenó. Bah, sí. Nancy gatillándose a nariguetazos. Después de todo no pareció tan rockstar morirse tirada como un perro incapaz de respirar. Nada de bañera tibia y velas. Nada de bobazo en mitad de una orgía. Vómitos, sangre y asfixia no tiene glamour.

Van a hacer 7 años que murió el Negro. Nancy se mató el lunes siguiente. Había escondidos cinco gramos cuando Ale salió. Cuando salimos. Ella lo sabía y nos dejó ir. A veces me despierto escuchando los tiros.

Yo dejé la merca y algo dejé el alcohol. Los dos atados todavía están pero llegaré a los tacuaren. Nancy dejó sus 14 años encharcados en el piso.

miércoles, 24 de agosto de 2011

Mujer del río con camisa de flores

Dos noches y un día. Dos amaneceres compartidos. En la búsqueda del amor de corto alcance para matar el tiempo con un toque de ternura. El desencuentro y las distracciones confabulados para evitar lo más buscado. La risa y los besos acompañando el delirio de no importar lo que pasara fuera. Dejándonos más juntos, que no es lo mismo que unidos.
Un fallido intento de amor de verano. De verano no, hacía demasiado frío.

martes, 23 de agosto de 2011

Divague apelativo (ponele)

Si te pido que me dejés soñar no me limites. Ya se que no buscás ni pretendés lo mismo que yo. Hace rato me di cuenta. Pero en que te perjudica lo que no te afecta?
Si no me dejás que te quiera es acaso porque no podés quererme? Qué más da, si por los dos a mí el amor me sobra.
Dejame que lo gaste en vos un ratito. Ponele que al final después se me pase. Quizás hasta sigamos siendo amigos.
Dejate querer un rato. Sabés que tenés ganas de darme el gusto.

Su nombre y todo lo demás

Ella no intenta influir en los hombres. Ella camina entusiasmada en su propia burbuja. Todo mundo sabe que a veces llora. Pero a todos le sonríe. Y a cada uno, con la jovialidad que la caracteriza.
Tiene una linda sonrisa a pesar de su gesto resignado. Y una actitud positiva hasta en la situación más fiera.
Ella no intenta convencer a nadie de la verdad revelada, sino más bien transmitirles su verdad para que cada quien forme la propia.
Ella está triste, muy triste. Ella está llorando en su interior. Ella no sueña con príncipes de colores. A duras penas puede levantarse de la cama.
Ella no pide ayuda ni precisa. Con el coraje de salir cada mañana se conforma.
Ella está fingiendo, pretendiendo y confundiendo. Ella está tapando, simulando y ocultando. No quiere que nadie pueda llegar a leerle el alma.

Introspectiva III

Reconstruir lleva su tiempo y esfuerzo.
Cuando pensabas que no había retorno llega finalmente el momento de recapitular, de revisar y continuar los pasos. No hay fracasos que puedan perdurar en el tiempo.
Si supieras encontrar el punto medio en que el ilusorio refrán de "esto también pasará" cobra sentido, en que el aprendizaje de las caídas puede considerarse un hecho y no un decir que se quiebra al tropezar con la siguiente piedra. Qué tan otro sería el mundo si descubrieras de golpe que un amor se cura con otro amor y que en el mundo existe mucho amor para dar y recibir? Si vieras que los momentos que van pasando no vuelven? Si aprendieras que lo que ayer parecía tan lejano es lo que hoy estás pisando?
Decime si por un instante no te preguntaste si acaso esto valía la pena. Vos lo sabés mejor que yo, no te hagas el otro. Sabés que los raspones no llegan tan profundo.
Lloraste, lo sé, lo veo. No disimules, que de qué carajo sirve? Mentime si querés, pero es mentirte a vos mismo. Hacete hombre chabón, andá y peleala de una vez por todas.
Tenés miedo? no me digas. Ya lo sé, si se te nota. Tenés miedo y está bien, no sos cagón sos ser humano. Sos cagón si sólo te quedás mirando a ver qué pasa.

martes, 16 de agosto de 2011

El encendido del faro

Marcas. Casi que las colecciono.
Cada una con su estilo, su forma, su tamaño. Sin nombre y sin recuerdo asociado. Aún diferentes nacieron iguales. Todas hijas del mismo sentimiento. La marca mayor, que pretendía ser total. Un simple error de cálculo y casi la decadencia. Un momento sublime que se demuestra patético. Falló el filo.

viernes, 12 de agosto de 2011

LKA

Ayer estaba bien. Te conté te acordás? Había problemas, pero no me preocupaban. Tenía mis conflictos, aunque los mantenía controlados. Ayer estabas mal y te di una mano. No te digo que fue "la" mano, pero bueno que se yo, lo intenté. Ayer la pasamos bien. Nos cagamos de risa bastante y la pasamos bien. Vos no superaste tus líos pero, nada, tampoco te pasaron por arriba.
Ayer, que bueno que era todo ayer. Me acuerdo que te dije que te quería mucho. Me sentía tan bien loca. Ayer era todo un delirio enorme pero lo disfrutaba tanto. Ayer me di cuenta que eras justo lo que venía necesitando.

Hoy me levanté mal, refunfuñando. Hoy se me vino todo el mambo a la cabeza. Hoy quería hablar con alguien y me dije quién mejor? Te llamé, viste? No estabas, bueno, no importa.
De golpe te encontré, te conté, me abrí el pecho. Estaba cayendo y lo supiste antes que nadie. A quién le iba a contar sino a vos? No se que pasó, tal vez se cortó la línea. No respondiste, no dijiste nada. Te seguí buscando y no estabas. Te mandé mensajes y no estabas. Dónde estás, no estás.
Te encontré. Estabas ahí sin que te viera. Te estabas cagando de risa como si nada.
Hoy me caí y ni la hipocresía te permitió preguntarme cómo estaba.

martes, 9 de agosto de 2011

Buenos Aires, 28 de diciembre de 2009

La noche que me fui, sentí que el mundo se caía a pedazos. Había cambiado tu cálido abrazo y tu beso tierno de buenas noches por una insípida cama de colchón barato. Tu amor entre las sábanas por una colcha vieja regalada antes de tirarla.
            La noche que me fui, creí que podía morir antes de despertarme. Había abandonado todos nuestros sueños por una ilusión de futuro que estaba llena de grietas. Destrozado nuestros proyectos a cambio de un pobre remedo de libertad.
            Intenté olvidarte en el fondo de un vaso, y desde ahí me mirabas. Entre los brazos de otras mujeres, las de pago y las de la vida. Pero eras vos la que me tomabas de la mano cuando terminaba de hacerles el amor.
            Intenté aplastar lo que quedaba de nosotros, de odiarte para dejar de amarte. Me obsesioné en destruirte como antes en adorarte. Pero fracasé, porque cuando cerraba los ojos aún te veía, como antes, ideal.
            Pero los días pasan, se convierten en meses. Una mañana desperté y descubrí que ya no dolía como antes. Que los fantasmas de aquella primera noche eran sólo una elucubración de un corazón herido. Que el llanto se me secó en los ojos. Que una débil felicidad de pronto se abría paso a través de la depresión injustificada.
            Tu risa sarcástica me había sacudido la idiotez, recuperando al fin, uno a uno los sentidos. Otra vez el corazón cedía paso a la mente. Lograba entender lo estúpido que había sido, añorando aquello que no había ocurrido.
            Y caí, si. Tropecé una y mil veces con la misma piedra. Volví a soñar, como un imbécil enamorado que podías cambiar, que yo podía cambiar, que podíamos recuperarnos. Pobre idiota, enamorado del amor mismo. De una relación mentirosa, basada únicamente en el intento de sostener lo insostenible.
            ¿Acaso pude creer que en verdad me querías? Si, lo creí. Lo creí ciegamente, aún cuando me escupías el rostro, descostillándote de risa de mis estúpidos intentos por reconciliarnos.
            Todavía me acuerdo de tus palabras (qué falsas por dios), jurándome que me amabas y que nada te haría más feliz que estar conmigo. “Hay otras cosas” dijiste. Aún conservo esa carta.
            El tiempo pasa por suerte. Y los ojos no pueden permanecer ciegos por siempre. Aunque me duela debo admitir que fuiste para mí lo más importante en mi vida. Pero ya no. Ya no más. Ahora al fin puedo entender que el sacrificio que hice para permanecer a tu lado no lo valía. Que nunca fuiste la mujer de mi vida. Que nunca te preocupaste por mi bienestar realmente.
            No puedo decir que te desalojé ya de mi mente. Seguís ahí bailando. Pero tu pureza en mis recuerdos perdió brillo. Ya no puedo creer que todas las maldades que me hiciste fueron mi culpa y me las merecía. Ya no puedo darte más el beneficio de la duda.
            Te amé si. Pero ya no te amo. Tan sólo te recuerdo, como se recuerda un amor de verano. Porque fuimos eso, con garantía extendida.
            Esta noche cumpliríamos dos años juntos. Pero no, no lo estamos. Y ya nunca vamos a poder estarlo.
            Que mejor ocasión que esta noche para separarnos definitivamente. Para dejar atrás los pequeños intentos míos y casi nulos tuyos de recuperar lo que hace tanto dejó de existir.

Por quien baten las alas en pekín.

Una mariposa aleteando sin encontrar una flor intuye su fin aún antes de llegar el ocaso. La búsqueda es quizá lo que la mantiene aún volando.
Una vida en un día. E incluso una vida valdría encontrar en el último momento lo que tanto anhelaba. Y si no lo encontrara bien valdría pasar un día en la vida buscándolo.

En sus diagonales La Plata todavía esconde el secreto de mi felicidad. "Jamás retornes ahí donde fuiste feliz."
Y aún necesito desmitificar. Porque la mariposa pasó el día buscando la flor y aunque creyó que lo valía desperdició su vida para nada.
Porque nada trasciende, sino lo que en otros queda. No las quimeras, ni las ilusiones, ni las vanidades. Sólo la capacidad de iterpelar sinceramente los sentimientos de los que nos rodean.
Así pensando fue tal vez que nos cruzamos. Y mientras intentábamos los dos ser más humanos; ella pedía perdón y yo le daba las gracias.

miércoles, 3 de agosto de 2011

Introspectiva II

Descontracturar, se trata de descontracturar. Hallar en la tragedia cotidiana los intermezzos inagotables de ternura. El amigo que es amigo aunque en nada le convenga. Quien ignora los lloriqueos y lamentos y te agarra de los pelos si hace falta para que te levantes.
Lo imprevisible, lo incalculable, lo incontrolable son parte de la vida. Convivir con ello nos hace humanos. Quien cree controlarlo todo es realmente quien está perdido.
Aún así, la verdadera demostración de que estamos vivos es que podamos reir (y el público pregunta ¿y por casa cómo andamos? silencio en la sala, mutis por el foro, se cierra el telón).

lunes, 1 de agosto de 2011

Sexo III (Amante)

El momento incalculable. En cámara lenta. Casi como si se hubiera detenido el mundo.

El sentimiento que justifica toda espera. Cuando nuestras miradas se entrecruzan mientras nuestros cuerpos se abandonan al sublime instinto de la carne. Cuando la risa se escapa por los nervios de ese torbellino de sensaciones instantáneo.

Tus ojos transformados en mi más adorado espejo. La necesidad brutal de observarte, de acariciarte, de contenerte y de complacerte. El abandono absoluto de mi mente y la intención de volver mágico el instante. La primera vez. La tuya y mía. Aunque no la tuya, ni tampoco la mía. Pero casi que lo fuera.

El beso. El más exquisito beso. El placer físico olvidado entre las agitaciones del pecho. La gloria saboreada en tu desborde. Y tus lágrimas y las mías. Felicidad, más que en estado puro.

El más delicioso de los polvos, cuando el cuerpo es lo menos importante.

Sexo II (Sin compromisos)

Sudando. Sudando y contemplando tu sudor.

Sin cuidarse de los gritos, escondido de todos pero ante los ojos de los demás. Apreciando el gozo sin compromisos.

Tocando, rozando, acariciando, besando y penetrando. Disfrutando sin prejuicios. Sin culpas. Sin engaños.

Buscándote en cada rincón de la cama. Buscándote en cada rincón de la casa. Riendo y gozando. Gozando y riendo. Otra vez besando tu pasión y vos besando la mía. Y otra vez al ruedo.

Y luego dos desconocidos. Sin mencionarnos. Sin implicarnos. Sin comprometernos. Sin hablar de amor.

Una noche cruzados. Tan sólo una noche. Los dos, vos y yo por un instante transformados en uno.

Sexo I (Prohibidos)

Onírico, Onomástico, Oneroso, Onanístico.

Sueños inundados de recuerdos que se funden con el deseo inconcretado de la pasión. La pasión acallada por la inconfesable repulsión hacia lo desconocido. Lo desconocido considerado lo absurdo, lo que está mal medido por la vara de la moral. La moral construida por las convenciones de una sociedad podrida que aplasta las intenciones de rebeldía incorporadas en el deseo, alejado de la necesidad reproductiva y la planificación de una familia. La familia como vehículo de la represión de los impulsos, de las necesidades y de los sueños. Sueños inundados de recuerdos que se funden...