jueves, 20 de octubre de 2011

Reflujo de la marea

Nos mintieron negro. No era el fin de la historia.
Mientras en la Argentina sacarán el domingo más del 65% de los votos entre los candidatos con discursos de izquierda (si son de izquierda esos candidatos es otra discusión) el mundo es un polvorín.
Ahí los ves en el corazón del imperio tomando las calles y gritando por la igualdad. Los pichones indignados le reclaman a los halcones que enceguecidos de locura y muerte en los lejanos rincones de Libia, Irak y Afghanistan no ven dividirse a su propio pueblo.
Ahí los ves en Grecia, nueva hija pródiga del capitalismo neoliberal ponerse de pie y liberarse, arrastrando al viejo mundo en viejas y nuevas discusiones. Reencontrándose los viejos desconocidos en cada plaza, en cada pueblo a darse cuenta que son todos uno sólo. Y aquél fantasma ya no recorre Europa. El fantasma recorre el mundo. Un sabio rebelde pronosticó una humanidad que dijo basta y ha echado a andar. Sólo la sangre, el fuego y el terror de ver cómo se caía el mundo bipolar frenaron la marcha de gigantes.
Y ahí los ves caminando de nuevo. Ahí ves a las asambleas del pueblo, que se antojan nuevos soviets y que se replantean a si mismos. Que nos obligan a replantearnos a todos nosotros.
Ahí ves a Latinoamérica uniéndose. Que los cipayos no pudieron hacernos olvidar a San Martín, a Belgrano, a Bolivar y la Patria Grande. Ahí los ves a Guevara, a Sandino, a Zapata en las banderas.
Ahí lo ves a Fidel guiando, a Chavez, Morales y Correa construyendo, a Marcos luchando.
Acá nos ves a los jóvenes de todo el mundo. Recuperando las banderas, haciendo carne la lucha. Recordando a los que nos precedieron y sus ideales. Y llevándolos nuevamente adelante. Y se escucha en nuestra américa aquél grito. Poder para el pueblo, antiimperialismo, patria sin fronteras por el socialismo.