martes, 28 de junio de 2011

Lo que jamás podré

No me pidas que te eduque. Tal vez te enseñe a volar. Soy sólo un hombre, así nací y es lo que soy. Diferente a todos igual a nadie tal vez pero con deseos de ser lo mejor para vos.

No me pidas que te bese, porque te besaré. Y en el arrullo de una caricia aprenderé de vos a ser quien siempre quise ser sin animarme.


No me pidas que me calle porque mi corazón lo grita. Y si al final de un sueño pudiera encontrarte a mi lado dormida sería el instante más pequeño y más feliz de mi vida.


No me pidas que no lo intente. Quizá algún día este sentimiento se marchite. Dicen que un amor que no es de a dos se pierde.


Pedime que jamás me vaya. Y aprenderé a ser digno de vos. Aprenderé a olvidarme.

La mosca

Una mosca en la telaraña. Es la imagen que me viene a la cabeza cada vez que veo la apatía de la gente ante las injusticias de esta sociedad creada para ser desigual.

Una mosca puede estar muy cómoda colgando en la tela mientras la araña, satisfecha, dormita a cierta distancia. Los hilos, si no se mueve, apenas acarician. Si se queda quieta, si se deja mecer, entonces podrá disfrutar sin preocupaciones de un buen rato de ocio antes del momento final.

Claro que si lucha, si intenta liberarse, sentirá entonces el cruel yugo de los hilos. Descubrirá qué tan fuerte la atan. ¿Dolerá? Es imposible saberlo. Pero la mosca siempre lucha, a pesar de que sigue allí atrapada.

A veces, sólo a veces mientras lucha logra romper los hilos que la aprisionan. Otras veces no. Pero existe una gran diferencia entre quedarse de brazos cruzados aceptando las cosas como son y combatirlas en busca de lograr que sean como debieran ser.

miércoles, 22 de junio de 2011

Pateándome las pelotas

Construir participación. Lograr que las banderas vuelvan a representar a la gente. Y levantar esas banderas.

Atraer, convencer, demostrar, de eso es que se trata. Jugar a quien grita más alto nos deja sordos a todos.

¿De qué me sirven tus panfletos, tus consignas, tu ideología? Son bellas, pero están vacías. No sabés, nunca supiste arremangarte.

Repetís sin razonar discursos. Militancia del copio y pego.

- Hay que volver a discutir política.
- VAMOS POR LA SEGUNDA Y DEFINITIVA INDEPENDENCIA
- No flaco, no entendiste nada.

martes, 7 de junio de 2011

7 de junio de 2011

No estoy acostumbrado a estar feliz. Es un movimiento extraño para mí realmente curvar y estirar los labios en aparente simetría en tanto se mantienen firmemente cerrados.
Caigo despacito a la realidad de este estado. No es fácil después de tanto tiempo.
Ni siquiera estoy seguro si es correcto. Ya se, lo entiendo, a nadie hace mal ser feliz. Es que entre tantas pálidas resulta paradójico estar contento.
Pero lo estoy, que puedo hacer. Y ojalá por mucho tiempo. Tiré los dados y le jugué a la buena suerte. Dejé fluir las emociones antes que razonar las decisiones. Y que sea lo que sea, que al final será correcto.

La felicidad casi no cabe en estos zapatos gastados. Pero cuidado que las ilusiones, cualquiera lo entiende, son sólo sueños de cabotaje.